En las estribaciones de la majestuosa Sierra de las Moreras en el Puerto de Mazarrón se encuentra un tesoro arqueológico que nos transporta miles de años atrás en el tiempo: el Cabezo del Plomo. Este asentamiento del Neolítico final-Calcolítico, ubicado en Puerto de Mazarrón, es un testimonio vivo de la antigua vida en la Región de Murcia.
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Un Poblado Fortificado en las Alturas
El Cabezo del Plomo se alza sobre un cerro amesetado, con vistas panorámicas que abrazan la belleza natural de la región. Este poblado fortificado, declarado Bien de Interés Cultural, nos revela los secretos de una comunidad que habitó estas tierras entre el IV y el III milenio a.C.
Las excavaciones arqueológicas lideradas por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Murcia han desenterrado fascinantes hallazgos. Desde la imponente muralla que protegía el poblado hasta las cabañas circulares que servían de hogar a sus habitantes, cada descubrimiento nos acerca más a comprender la vida cotidiana de aquellos tiempos remotos.
La Vida en el Cabezo del Plomo
En el interior del recinto amurallado, las viviendas de planta circular y techos de materia vegetal nos hablan de una comunidad dedicada a la agricultura y la ganadería. Los restos de herramientas agrícolas, molinos de grano y puntas de flecha para la caza revelan la importancia de estas actividades en su subsistencia diaria.
Pero la vida en el Cabezo del Plomo no se limitaba a la tierra firme; también se extendía hacia la costa, donde los habitantes practicaban la pesca y la recolección de productos marinos. Esta diversidad de recursos aseguraba su supervivencia y su conexión con el entorno que los rodeaba.
Misterios Funerarios: El Tholos del Cabezo del Plomo
Al pie del poblado se encuentra el misterioso tholos, único vestigio de lo que fue la necrópolis de la comunidad. Este monumento funerario, construido alrededor del IV milenio a.C., nos sumerge en prácticas mortuorias ancestrales.
La ausencia de corredor de entrada y la disposición de los ortostatos nos hablan de una arquitectura singular, destinada a servir como morada eterna para los difuntos. Los objetos depositados junto a los cuerpos reflejan creencias religiosas y rituales funerarios que buscaban asegurar el tránsito del alma hacia el más allá.
Un Legado para las Generaciones Futuras
El Cabezo del Plomo no solo es un sitio arqueológico de gran importancia histórica, sino también un legado invaluable para las generaciones futuras. Su conservación y estudio nos permiten reconstruir el pasado y comprender mejor nuestro presente.
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